domingo, 24 de abril de 2011


–¿Granadina?

“Jarabe Sabor”; “Para bebidas refrescantes y tragos”

Bueno, ¿y qué si Kim Jaejoong no sabía lo que era la granadina?

–Si. –respondió la chica con un leve tono rojo en sus mejillas, sin dejar de ver con falso interés la hebilla de sus zapatos.

–¿Y a qué sabe? –insistió el chico dando vuelta la botella, una y otra vez.

–Es dulce. –ella alzó la cabeza, encontrándose al instante con esos ojos marrones profundos.

Perdidos.

No pudo evitar sentir un poco de “pena” por aquel chico de bonita figura. De un perfecto rostro níveo, al igual que toda su piel. Coronado por las mechas azabaches que caían sin orden alguno sobre sus mejillas.

–Sírveme. –pidió amablemente. No pudo sino sonrojarse aún más al imaginar otras cosas con esa simple petición. Pero ella veía la inocencia en esas orbes, y claro, solo le estaba pidiendo que le sirviera un poco de ese líquido carmín.

Tomando la botella –no sin antes rozar “accidentalmente” sus manos- se dirigió a la cocina.

En el set de grabaciones, un piso más abajo, había improvisada una pequeña cocina. Un refrigerador, un cooler, microondas y hervidor. El lavaplatos y un mesón largo. El acuerdo era nada de cuchillos ni tenedores de acero. Las cosas se pedían a una tienda de comida cercana, por lo que la loza siempre era poca.

Vertió el líquido sobre el vaso de vidrio redondo, echó dos hielos y luego lo llenó con agua. Pero el vaso casi resbala de su mano cuando al darse vuelta, Kim Jaejoong estaba en su magnificencia apoyado sobre el mesón, descansando su cuerpo levemente sobre este.

–Aún no se de qué sabor es… –dijo con simpleza, antes de recibir el refresco.

Ella vió cuando sus labios tocaron el cristal, cuando el líquido levemente carmín –producto de la mezcla con el agua- se confundió con el color rojo de la boca del cantante.

Los ojos de una estilista podían ver mucho, ¿Por qué con Jaejoong se sentía diferente?

Esa musculosa negra y la chaqueta a medio poner, cayéndose de sus hombros, dejaban a descubierto más porciones de esa casi transparente.

Y la extraña pero perfecta forma de sus cuadrados hombros, las venas marcándose en sus antebrazos.

No era una chica que se dejara llevar por la apariencia.

Pero Jaejoong le estaba robando el aliento.

Con el pretexto de arreglarle la ropa, apartó un poco la chaqueta de su brazo, doblando un poco la esquina, rozando con sus dedos la fría piel del pelinegro.

Las luces de neón lo hacían ver aún más blanco.

Jaejoong alejó el vaso de sus labios, ahora húmedos. Y la miró de una manera que no fue desapercibida por ella. El chico se desordenó el pelo con la mano izquierda riendo levemente.

La cocina siempre permanecía vacía.

Con dedos temblorosos, acomodó los mechones de pelo, alejándolos de los contornos del rostro de Jaejoong.

Él se tapó la boca ahogando una risa.

Y ella no estaba dispuesta a aguantar más, se alejó para sorpresa de ambos, retrocedió unos pasos, antes de salir por la puerta de vidrio, dejando a un Jaejoong anonadado.

El photoshot era para un próximo comercial de ropa cara en Corea, esta vez, Yoochun le hacía compañía.

La chica mantuvo el color rosa pálido en sus mejillas cada vez que debía traer el cambio de ropa y ayudar a Jaejoong a desvestirse y vestirse, procurando esta vez no tocarlo demasiado.

No sabía qué demonios había estado pensando unos minutos atrás.

–Me queda chico… –dijo evitando también la mirada de la chica.

–Eso es imposible, es la talla mas chica que hay y te queda gigante. –refutó acomodándole una chaqueta de hilo.

–Pero me apreta –insistió, le pareció, en un tono infantil.

Solo le dirigió una mirada aprehensiva, de seguro esa cintura era aún más estrecha que la de ella. Le sacó la chaqueta y fue a ver si tenían otra más “grande” para él.

Rebuscando entre los percheros, buscó una chaqueta holgada, que combinara con el color crema de la camiseta,

–No creo que haya otra que le venga a esta camiseta.

Esa voz la sacó por completo del trance en el que estaba sumergida, se dio la vuelta, quedando de frente.

–¿Entonces por qué…?

–No creo que sea educado dejar a la gente con la palabra en la boca. –dijo cambiando totalmente el brillo de sus ojos, bajando el mentón y apretando sus labios hasta casi formar una línea.

–¿Y qué es lo que Jaejoong debe decirme? Que sea rápido, porque deben estar esperándote en el set.

–Yoochun los está distrayendo –el chico no le estaba ayudando en nada a facilitarle la salida y sentía que cada vez más sus ojos comenzaban a divagar por el perfil recortado de sus brazos. El tatuaje de su pecho.

Jaejoong no le dio más tiempo a hablar, más que de quejarse cuando la empujó hacia uno de los percheros, perdiéndose entre el montón de ropa.

–¿Es que acaso crees que no me di cuenta de cómo me mirabas? –fue lo último que dijo antes de unir sus labios en un beso algo desesperado.

Definitivamente Kim Jaejoong dejaba entrever algo con ese beso.

Y ella no quería doblegarse, pero al sentir ese dulce sabor a granadina, ubicado justo allí entre los cálidos pliegues de su boca, no pudo hacer más que acercarlo hacia ella por la nuca.

Ese beso les estaba quemando el aire en los pulmones, pero sus manos no hacían más que acercarse como fuera, él levantándole un poco la polera, llegando a rozar parte de su espalda y ella moviendo sus manos libremente bajo la camiseta, acariciando sus abdominales, que cada vez se tensaban más por la postura.

Sentía sus propios labios doblegarse bajo los de Jaejoong y sus manos cada vez subir más por su espalda. Las suyas jugando con el borde de los jeans del chico.

Hasta que la caída de uno de los percheros acompañado de un gemido casi desapercibido por ambos los obligó a separarse.

Jaejoong salió corriendo, dejándola sola y aún sin aterrizar.

La risa de Jaejoong la estaba volviendo loca.

Luego del “accidente” su superior le dio el sermón de su vida al haber tardado tanto y sin la bendita prenda.

Al final “JaeJae” como Yoochun le llamaba en tono de burla, terminó usando la estúpida chaqueta que era tres tallas más grandes que la de él.

–¿Cómo se llama ella? –le preguntó a uno de los asistentes, señalándola.

–MinJoon –contestó sonriéndole.

–¿MinJoon? –le llamó con una infernal sonrisa sobre sus labios rojos, la granadina y el roce de sus labios eran producto de ello.

–¿Dígame? –respondió con la misma sonrisa forzada.

–¿Podría traerme otros pantalones? Estos me quedan grandes.

Escuchó su risa antes de darle la espalda y salir pateando cajas dirección al baño.


–A esa chica le falta educación –dijo Jaejoong mientras la veía desaparecer. –Pero nadie le quita que sus manos puedan hacer una exquisita bebida afrodisíaca. –terminó por hablar con Yoochun quien se partía de la risa a su lado.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Mmm... no me he dado el tiempo para averiguar todo esto de los blogs -.-
Saben?, llegué a pensar que estaba en un abismo, en un gran hoyo negro, pero ese sentimiento siempre aparece cuando me pasa algo triste o malo. Y luego veo que hay personas que lo están pasando peor, que hay personas que aun no descubro, pero que llegarían a ser buenos amigos; me comporté como una niña chica, y por eso quiero cambiar. Quiero llegar más alto, quiero usar un mejor léxico, mejores modales y no hacerme ilusiones por cualquier cosa. No mirar en el futuro, no pensar, no creer en él, ya que cualquier diminuta acción podría acarrear las más terribles consecuencias.
Quiero agradecer a todos los amigos que he tenido hasta ahora, aun con todos problemas o peleas que hayamos tenido, porque gracias a todo eso, he podido madurar un poco más. Y a Kory, que me ha ayudado con sus buenos concejos, al igual que Diana. A mi amiga Malva, que estamos haciendo un buen proyecto.



Ya no más falsas máscaras

domingo, 6 de septiembre de 2009

La desentendida joven

Me parecio buena idea crear un blog. Veamos como funciona.
El titulo... me parecio bueno. Hay diferentes maneras del comportamiento de la brisa, mis estados de ánimo cambian repentinamente. Pense que haría juego con mi manera de ser.
Si me animo, podría publicar mis torpes historias, espero que alguien las lea u.u
Solo eso. Otro día me dispersaré por más blogs.

Nos vemos.